Coaching

Cuéntame tu historia

Desafortunadamente con el paso de los años, vamos dejando asuntos sin resolver en nuestras vidas sin percatarnos que más adelante pudieran ser unas anclas que no faciliten despegar a la persona hacia las metas que se fijan, desean, o hasta anhelan. 

 

Algo que dejamos por un lado es qué decir de uno mismo; sabemos santo y seña del amigo o del enemigo, pero cuando te dicen “cuéntame tu historia” la duda invade, el titubeo aflora, incluso hasta sale el mecanismo de defensa para revirar con un ¿qué quieres que te cuente?

 

Tener lleno un Curriculum Vitae -que cada vez está más en desuso en la vida real- ya no basta; en la nueva cultura empresarial busca más allá de los logros que plasma una persona en una hoja de vida encuadrada en tamaño carta, busca al ser humano que está detrás de esos pasos profesionales, sus gustos, sus hobbies, su ideología, incluso hasta sus fobias y filias; porque cada vez queda más claro que los problemas no se quedan en casa, al igual que los sentimientos no se dejan en un reloj checador en la entrada, sino que se traen dentro del ser con impacto en el deber, hasta en el quehacer.

 

¿Y tú quién eres? Escribir en un párrafo de cinco renglones pareciera algo casi fácil, dime tus tres defectos es fácil, pero dame tus tres virtudes o dones resulta –por increíble que parezca- un asunto demasiado difícil para la persona. En mi experiencia, en los últimos cinco años que he estado diseñando la historia por contar –storytelling- de más de un centenar de personajes públicos, llegar a los atributos positivos siempre se les complica, sin dejar a un lado la cara que ponen como si estuvieran en el examen final de la escuela cuando les digo para empezar cuéntame tu historia.

 

Tener clara la historia de vida por contar, en una muy breve síntesis, sumado a los valores y defectos por superar, puede ser un sano ejercicio personal por lo que significa ese proceso en sí mismo, así como sin duda es una poderosa herramienta para conectar con las audiencias, sean prospectos empleadores, clientes o ciber usuarios. Todo fluirá mejor una vez teniendo bien claro ¿Quién eres?

 

PALANCAS EN LA HISTORIA DE VIDA

 

Somos lo que somos por un punto coyuntural en nuestras vidas, la clave es detectar esos puntos de quiebre que son conocidos como palancas en la historia de vida para destacarlas y contar mejor quién es la persona en corto tiempo. Un ejemplo es, no es igual un emprendedor que oculta su fracaso más significativo pues generará desconfianza, que uno que cuenta como fue corrido de la empresa que el mismo fundó: Steve Jobs.

 

SER HUMANO

 

Ni santos, ni diablos por siempre. Es crucial no etiquetarse en lados extremos porque el ser humano tiene sentimientos –incluso los más insensiblemente fríos- y contar la historia de la persona para conectar es vital mostrar ese aspecto, quizás no todos, pero sí algunos. Un ejemplo es, no es igual un empresario que oculta su dolor pues proyectará una persona calculadora con frialdad, que uno que no esconde que no pudo superar la muerte de su esposa: Carlos Slim.

 

APUNTES

 

Durante una sesión para construir una historia –storytelling- de un personaje público al plantearle “¿Quién eres? Cuéntame” inmediatamente saltó y me espetó “ay wey, pues no sé, por eso te contraté, mejor tú dime que ves en mi”. Si uno no tiene claro quién es, no puedes pedirles a los demás que lo sepan, porque son muy altas las probabilidades que no tengan la historia correcta sobre ti. ¿Y tú, qué opinas? www.daviddorantes.com

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Comunicación Política, Cuéntame tu historia, David Dorantes, Storytelling

David Dorantes

Conferencista, coach y consultor en comunicación.

Tiene Premio Nacional de Periodismo, Premio Trayectoria en Comunicación por el Senado de México, es Becario del Departamento de Estado en Estados Unidos.

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