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La tripolaridad mundial y su impacto en la relación comercial de México con Estados Unidos

Por David Dorantes


SAN PEDRO GARZA GARCÍA, Nuevo León.- Como anteriormente ya lo había explicado en mis Apuntes de Economía, el nearshoring ya no es el atractivo de tracción desde hace dos Foros Mundiales de Davos, sin embargo, los discursos políticos carentes de fundamentos reales, convierten en una mera ilusión mareadora para los votantes sobre este fenómeno que pretendió ser la nueva versión de la globalización que ya no existe tan pujante como en la década de los 80’s


¿Dónde estamos parados en este 2025? Han surgido versiones sobre que la segunda presidencia de Donald Trump funcionará contra todos los intereses de George Soros y BlackRock, lo cierto es que esto va más allá de esto, incluso de las grandes cuatro tenedoras de fondos mundiales: BlackRock, Vanguard, Capital Group, y Fidelity.


La globalización como la habíamos conocido está en reconfiguración en este momento, una especie de mutación geopolítica que ya se le conoce como Tripolaridad Mundial en la que dominan ese rumbo Estados Unidos, China, y Rusia. Esta nueva realidad, guste o no, está redefiniendo la distribución del poder global, con ello, poniendo nuevos desafíos para la relación comercial de México con Estados Unidos, su principal socio comercial y vecino territorial.


Ante este escenario, la presidenta Claudia Sheimbaum tiene un serio desafío para que la nueva dinámica del poder global no condicione a la visión de Estado que ella tiene, y tampoco que inhiba la atracción internacional de fuentes de empleo para todos los mexicanos o que impacte al empresariado nacional. Sin embargo, el mayor reto lo tiene el empresario mexicano que deberá aprender a sortear este momento de transmutación global ¿Me caso con Estados Unidos, o China, o Rusia? ¿Cuál es el rumbo que marcarán los siguientes años o la siguiente década?


A continuación, en estos Apuntes de Economía te ofrezco siente puntos estratégicos clave que de acuerdo a mi opinión, serán los siete puntos que definirán el futuro del comercio exterior, la política exterior de México con Estados Unidos bajo una dimensión de la Tripolaridad Mundial


1. Adaptación a la competencia tecnológica global


Dada la rivalidad entre Estados Unidos y China que se están debatiendo por la hegemonía tecnológica, México se perfila como un extraordinario intermediario entre las partes, como un proveedor-generador blanco, así como el territorio neutral para ambas potencias. 


Por ello, México deberá fortalecer sus capacidades de instalación, manufactura avanzada, y rápida adopción de tecnologías de alto impacto como la inteligencia artificial, la automatización de procesos, y la digitalización de procesos. Mientras el Gobierno de la presidenta Claudia Sheimbaum tendrá que garantizar energía eléctrica, así como agilización de trámites para su instalación; el empresariado mexicano tiene una oportunidad en bienes raíces, proveedurías, logística de insumos, así como profesionales para ese sector.


2. Consolidación del T-MEC como salvaguarda para las partes


Aunque los arranques del presidente Donald Trump, que un día pone aranceles y otros también, indicaría que está en sus últimos años de existencia el acuerdo comercial entre Estados Unidos, México, y Canadá; sin embargo, las postergaciones de los aranceles, las cartas de gremios empresariales de Estados Unidos, así como las caídas en las bolsas de valores que generan al momento una inestabilidad comercial, son el fortalecimiento del nuevo T-MEC.


Ahora más que nunca, la nueva versión del T-MEC se convierte en un mensaje necesario de Estados Unidos para los mercados y una garantía que construirá la presidencia de Donald Trump una estabilidad económica dentro del mismo territorio estadounidense. Aquí está la gran oportunidad para el empresariado mexicano ¿Qué necesita el mercado de Estados Unidos de ahora, que es lo que puede darle México para la siguiente década?

 

3. Diversificación comercial como estrategia de seguridad económica


Buena lección nos deja la presidencia de Donald Trump, la dependencia de México con su vecino y principal socio comercial provoca la actual volatilidad política comercial, incluso ha puesto en vilo la presidencia de Claudia Sheimbaum. Es momento de explorar nuevos mercados por parte del empresariado, y con nuevos acuerdos por parte del Gobierno Mexicano.


Si bien, empresarios tamaulipecos ya tienen lazos con Alemania, neoloneses con Rusia, nayaritas con Chile, chilangos con Corea del Sur, ya no deben ser acciones aisladas. Este es el mejor momento para acciones conjuntas para diversificar el comercio con la Unión Europea, Sudamérica, y Asia ¿si no es ahora, cuándo?


4. Sano posicionamiento geopolítico en un mundo tripolar


Estados Unidos no es la Casa Blanca, Estados Unidos es más que una presidencia por muy poderosa que sea la presidencia de Donald Trump. Aquí yace la gran oportunidad para incrementar la buena diplomacia con otros órdenes de gobierno, asociaciones civiles, organismos multilaterales, foros internacionales, y todo actor clave para el cabildeo con los sectores predominantes que influyen en Estados Unidos, pero también en China y Rusia.


México tiene una reconocida doctrina de la diplomacia, la presidenta Claudia Sheimbaum ha mostrado tener un fuerte talante ante la adversidad, además tiene productos y servicios que desean poseer los mercados internacionales, es aquí la gran oportunidad para diseñar una gran estrategia de posicionamiento que se disperse en un mundo tripolar.


5. Infraestructura y logística para la reconfiguración comercial


Sí Canadá acaba de ponerle arancel a la energía eléctrica que provee al norte de Estados Unidos provocando un alza generalizada en los recibos del consumidor estadounidense, México tiene más energía porque cuenta con un fuerte potencial en solar, eólica, generación tradicional, además de mucho por desarrollar en nuclear. Esta es la base para México, porque tiene todo el potencial para convertirse en el hub manufacturero y tecnológico de Estados Unidos, incluso de América.


Por ello, la presidenta Claudia Sheimbaum deberá -y muy probablemente será así- acelerar el incremento ferroviario como parte del soporte logístico comercial, mejor innovación y mejora de infraestructura aduanera, transporte, de puertos, además del suministro energético. ¿Ya estamos preparados para ese impulso?


6. Seguridad y certidumbre política como factores decisivos 


En medio de tanto ruido generado por los actores del mundo tripolar, la inseguridad y la corrupción mexicana siguen resaltando, particularmente la percepción de certidumbre de los entes jurisdiccionales del país generó un obstáculo para la inversión extranjera, o mejor dicho, un pretexto. Por lo que la “pacificación” de estos rubros, ofrecerán un diferenciador entre los ruidos provenientes de la Casa Blanca o Mar-a-Lago.


La presidenta Claudia Sheimbaum conoce muy bien el valor de la confianza empresarial como un factor determinante para la atracción de inversiones, nacionales o internacionales. Este año sin duda estará sentando bases en ese sentido; sin embargo, lo mismo deberán hacer los gobernantes estatales y locales, las disputas políticas o todo lo que genere incertidumbre político-social serán motivantes para espantar las grandes inversiones.


7. Sostenibilidad y energías renovables como ventaja comercial


Gran tema para un mandatario pro-petróleo como el presidente Donald Trump, en el que desdeña las energías renovables, tratados de sostenibilidad medio ambiental, o incluso organizaciones internacionales; pero la realidad es que urge Estados Unidos fortalecer su propia infraestructura de energías limpias para no depender de la volatilidad del oro negro.


Si bien, durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se detuvo el avance de las empresas de energías renovables, incluso algunas fueron absorbidas o disueltas por las políticas federales emprendidas, es con la presidenta Claudia Sheimbaum que están siendo tomadas en cuenta para acelerar los planes energéticos del país. Aquí hay una gran veta de oportunidad para que México sea pieza fundamental en la tracción y transacción de inversiones extranjeras con criterios ESG (medioambientales, sociales, y de gobernanza).


Conclusiones


El mundo cambió coyunturalmente hacia nuevas formas. La globalización terminó, ahora se está transmutando a una Tripolaridad Mundial. Todo ello obliga adaptarse a la nueva realidad que empieza a formarse, significa que se cierran oportunidades tradicionales generadas desde los ochentas, pero se abren muchas otras nuevas conforme a esta triada. Aplicar una nueva visión de largo plazo será el diferenciador entre la resiliencia comercial o no, claro, teniendo como base la innovación, diversificación, y mucha diplomacia estratégica.


México ahora puede tomar un papel relevante en el comercio internacional, no solo entre dos grandes de la tripolaridad Estados Unidos-China, sino también retomar el papel que siempre jugó en América Latina. Esto depende de todos, no solo de la presidenta de México ¡Aprovechemos!  


Hasta aquí mis Apuntes con consultor en estrategias de comunicación, recordándoles que todos los días se construye el éxito, y el fracaso también. Soy David Dorantes, conferencista, coach, y consultor en comunicación, nos leemos en los siguientes Apuntes


David Dorantes es conferencista, coach y consultor en comunicación.

Tiene Premio Nacional de Periodismo, Premio Trayectoria en Comunicación por el Senado de México, es Becario del Departamento de Estado en Estados Unidos con cobertura en Washington de las elecciones de Barack Obama

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Canadá, China, David Dorantes, economía, Estados Unidos, México, Tripolaridad Comercial

David Dorantes

Conferencista, coach y consultor en comunicación.

Tiene Premio Nacional de Periodismo, Premio Trayectoria en Comunicación por el Senado de México, es Becario del Departamento de Estado en Estados Unidos.

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