Historia

Mis Andares por el enigmático Balcón de Montezuma

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- En el corazón de la imponente Sierra Madre Occidental, donde la brisa se entrelaza con los susurros del pasado, se encuentra el enigmático Balcón de Montezuma. Este tesoro oculto, ubicado en el ejido Alta Cumbre cerca de Ciudad Victoria, Tamaulipas, promete una experiencia que trasciende el tiempo y el espacio.


Mi viaje hacia este lugar misterioso comenzó con el eco de leyendas que hablaban de un sitio donde los dioses se encontraban con los mortales. Guiado por la curiosidad y el deseo de descubrir la verdad detrás de tales relatos, me aventuré por los senderos serpenteantes de la sierra, rodeado por la exuberante vegetación que parecía susurrar secretos antiguos.

Al llegar al ejido Alta Cumbre, fui recibido por lugareños cuyos rostros irradiaban hospitalidad y sabiduría ancestral. Con sus consejos como brújula, me interné aún más en las profundidades de la naturaleza virgen, atravesando senderos con mucha vegetación, cada paso acercándome más al destino que despertaba mi imaginación.

Finalmente, tras una caminata que desafiaba la resistencia de mis piernas pero alimentaba mi espíritu de explorador, divisé entre la densa vegetación una abertura que revelaba un paisaje digno de los dioses. El Balcón de Montezuma se alzaba majestuoso ante mis ojos, una plataforma natural suspendida sobre el abismo, como si la misma tierra hubiera esculpido un altar para honrar la grandeza del universo.

Al acercarme, el viento pareció susurrar melodías olvidadas, y el aroma de las flores silvestres embriagó mis sentidos. Ante mí se extendía un panorama impresionante: valles verdes que se perdían en la bruma, montañas que tocaban el cielo con su grandeza, y el rumor del viento chocando con la vegetación que cantaban la canción de la eternidad.

En ese momento, comprendí por qué este lugar era considerado sagrado por aquellos que lo conocían. Era más que un simple mirador; era un puente entre el mundo tangible y el reino de lo divino, un recordatorio de la conexión profunda entre la humanidad y la naturaleza.
 
Viajando desde la capital tamaulipeca es más fácil, por su cercanía:
Permanecí en el Balcón de Montezuma durante horas, dejando que la energía del lugar impregnara mi ser y alimentara mi alma. En la calma de aquel santuario natural, encontré respuestas a preguntas que ni siquiera sabía que tenía, y una sensación de paz que trascendía las preocupaciones mundanas.

Al final del día, cuando el sol se ocultaba detrás de las montañas y las estrellas emergían en el firmamento, me despedí del Balcón de Montezuma con el corazón lleno de gratitud y reverencia. Aunque mi viaje había llegado a su fin, sabía que este lugar sagrado seguiría habitando en mis recuerdos y en mi espíritu, guiándome en mi búsqueda de la verdad y la belleza en el vasto universo que nos rodea.
 
Está es la bitácora de mis #Andares que iniciaron en la capital tamaulipeca, Ciudad Victoria, rumbo al Balcón de Montezuma en el ejido Alta Cumbre. Acompañame en los siguientes Andares y recuerda que solo vivo para ser feliz ¿y tú? 
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Balcón de Montezuma, Mis Andares, Travel, Viaje

David Dorantes

Conferencista, coach y consultor en comunicación.

Tiene Premio Nacional de Periodismo, Premio Trayectoria en Comunicación por el Senado de México, es Becario del Departamento de Estado en Estados Unidos.

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