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Zipolite: El rincón de Oaxaca que detuvo el tiempo

Por David Dorantes

 

ZIPOLITE, Oaxaca.- Antes de leer esta crónica de mis #Andares te recomiendo que abras tu mente para que puedas viajar libremente entre las líneas, tal como se goza caminar entre las calles de las pocas cuadras que tiene el pueblito de Zipolite, en la costa oaxaqueña, en el que se siente que el tiempo de detuvo, alejando la modernidad de las playas más internacionales de México; sin embargo este rincón costero guarda en su carácter genuino la calidez de su gente, entre la diversidad cultural, gastronómica y de idiomas que van desde el inglés, francés, alemán, desde luego español y sí aumentas la escucha alcanzarás a oír entre las casas la práctica del zapoteco de Pochutla. 

 

Zipolite es un lugar donde más que ir a ver o hacer, se va a sentir. Ir a una playa ya es una experiencia extrasensorial por sí sola, pero en Zipolite las sensaciones se incrementan. La caleta donde se asienta el actual poblado desde 1960, permite la escucha del choque del oleaje en las noches que de vez en cuando son adornadas por la luna, pero al mismo tiempo en sus amaneceres son la barrera de todo ruido generado por las urbanidades. Se sabe que Zipolite existe desde la época prehispánica, siendo un importante centro ceremonial zapoteca, de ahí proviene su nombre que significa “playa de los muertos”, por ser el sitio donde los zapotecas enterraban a sus muertos, es quizás parte de la sensación de paz y tranquilidad que genera ese hermoso lugar.

 

Cuando viví en Oaxaca en Juárez durante seis meses, en la primera oportunidad me escapé para conocer el enigmático sitio por ser la única playa pública nudista de México. Arribé en automóvil desde Puerto Escondido, tras una gira intensa, difícil, y muy agotadora, cuando llegué en la noche al Hotel Posada México; quizás fue mi estrés acumulado el que me hizo descubrir un Zipolite del que poco se habla, nublado más por la polémica que envuelve la práctica del nudismo y en que en realidad es lo menos importante que se vive en Zipolite; así fue como encontré un verdadero refugio de paz y tranquilidad que me hizo renovar mis energías para continuar con mi intensa agenda. Así que desde ese 4 de mayo de 2018 cada año viajo a Zipolite, quedándome siempre en Hotel Posada México.

Aquí en Zipolite puedes encontrar de todo, sin las exaltaciones de una playa turística tradicional. Desde surfistas que vienen desde Argentina para empezar la práctica inicial, para después subir a la bella playa de Zicatela en Puerto Escondido o incluso subir más hasta el pueblo mágico de Sayulita, Nayarit. Hasta encontrarte a intelectuales que viajaron desde Europa para escribir parte de un libro, hacer un paro en su camino para alimentar sus historias, o encontrarte simplemente personas que quieren liberarse más allá de toda la ropa, sino de sus propias ataduras.

 

Yo no conocía la famosa “Playa del Amor” en la misma Zipolite hasta este año, tuvieron que pasar más de seis años y tener la compañía correcta para “atreverme” a pisar ese otro rincón, resultando que no fue nada extraordinario de la mala fama que le han hecho en redes sociales. Mi sorpresa fue que es una caleta menor, donde había hasta dos familias que por su particular acento provenían de la Ciudad de México. Recomiendo estar ahí no por más de seis horas para seguir disfrutando de la plenitud de la playa mayor de Zipolite, no sin antes sugerir que al subir la escalinata que te lleva a la Playa del Amor, vayas recordando a los antepasados zapotecas que en esa pequeña caleta brindaban tributo a sus muertos.

 

¿Qué quieres comer en Zipolite?

 

Zipolite es excepcional en su comida. Encontramos desde comida italiana, comida mediterránea, comida mexicana, comida zapoteca, antojitos, también desde hot dogs hasta nachos. Toda está diversidad culinaria la encuentras en sus 1.75 kilómetros de extensión que tiene el poblado, en restaurantes a pie de calle o dentro de los hoteles.

 

¿Cómo llegar a Zipolite?

¿Cómo puedes llegar a Zipolite?

 

No son muy fan de Huatusco, con el perdón de los huatusqueños, por lo que te recomiendo aterrizar en el aeropuerto de Puerto Escondido, ahí puedes tomar un taxi o salir a la carretera para tomar otro, tomando en cuenta que esa región oaxaqueña no existen conductores de plataforma como DiDi o Uber. Del aeropuerto te vas en taxi a la central de autobuses de Puerto Escondido, ahí tomas un camión que va a Puerto Escondido con parada en Pochutla, te bajas en el OXXO de San Antonio; ya estando ahí te subes a una camioneta colectiva o tomas un taxi que te llevará hasta Zipolite.

 

¿Tienes que desnudarte en Zipolite?

 

Generado por la polémica que es la única playa pública nudista de México, es el primer mito que se caerá al llegar a esa hermosa playa. La práctica del nudismo es opcional, no es obligatorio. Aunque es libre quien lo quiera practicar, se recomienda no hacerlo en las calles del poblado y ni en restaurantes del poblado; sin embargo esto solo se practica en todas los lugares en una semana del año, más o menos del 31 de enero al 4 de febrero que es cuando se realiza el Festival Nudista al que viajan de todas partes del mundo. Nunca he estado en un festival, pero me cuentan que es un ambiente natural y de respeto entre los visitantes y los moradores. En mi primera visita en 2018, al amanecer al salir del desayuno en Hotel Posada México solo vi una familia de alemanes que practicaban el nudismo, en sí en toda mi estadía en esa ocasión a lo mucho fue una docena de personas, así que no creas que todo mundo anda deambulando sin vestiduras.

 

Zipolite es por mucho un centro liberador de ataduras, recargador de energías, y una excelente opción para meditar en paz, descansar en la tranquilidad, sana convivencia con desconocidos que quizás sea una nómada digital que viene de Portugal, un empresario asiático, un escritor noruego, unos surfistas australianos, una senderista canadiense, o una familia alemana. También encontrarás quienes se desnudan, pero eso sí todos sin excepción hemos desnudado el alma, tumbado los prejuicios y las agendas asfixiantes, renovado el impulso para después regresar a la cotidianidad. Aquí no encontrarás ricos o pobres, segregación de orígenes étnicos, o discriminación por la orientación sexual, solo vas a encontrar a seres humanos, naturaleza pura, y perros callejeros.  

 

En estos “Andares” aprendí más de la paz interior que en ningún otro rincón mexicano. Oaxaca lo tiene todo, y Zipolite es para el ser.

 

Está es la bitácora de mis #Andares que iniciaron desde la sultana del norte en Nuevo León, volando hacia Puerto Escondido, Oaxaca, para después trasladarme por tierra hacia Zipolite de San Pedro Pochutla.

 

Acompañame en los siguientes Andares y recuerda que solo vivo para ser feliz ¿y tú? 

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Andares, David Dorantes, Huicholes, Huicholes del Nayar, Sierra

David Dorantes

Conferencista, coach y consultor en comunicación.

Tiene Premio Nacional de Periodismo, Premio Trayectoria en Comunicación por el Senado de México, es Becario del Departamento de Estado en Estados Unidos.

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